La APIB pide un tratamiento informativo responsable y respetuoso hacia la menor del ‘caso Fernando Blanco’

La Associació de Periodistes de les Illes Balears (APIB) pide prudencia y responsabilidad a los medios de comunicación en el tratamiento del caso Fernando Blanco, padre de la niña de 11 años con tricotiodistrofia acusado de presunta estafa y de presunta explotación sexual en este segundo procedimiento investigado junto a la madre. La APIB considera que la mayoría de medios no está respetando la intimidad de la menor ni está garantizando su protección frente a las informaciones y la publicidad del caso.

La APIB considera, asimismo, que los medios están realizando un periodismo sensacionalista, buscando la espectacularización y el morbo para conseguir audiencia. También los medios baleares, que en algún caso han dado cobertura a declaraciones de fuentes sin ningún interés periodístico, próximas al entorno privado y familiar, que no representan a fuentes institucionales ni expertas y que no aportan ninguna información relevante sino que se sustentan en rumores y cotilleos.

La APIB desea hacer una serie de recomendaciones. En primer lugar, que la denominación pública del caso no tome el nombre de la niña, que quedará estigmatizada ahora y en el futuro. El caso debe incluir el nombre el padre, que es el acusado, y no el de la víctima, que además es menor de edad.

Ahora que el juez que instruye el caso ha abierto una causa separada por presunto exhibicionismo y explotación sexual, tampoco los medios deben incidir en detalles que suscitan el morbo y que resultan innecesarios para la comprensión de la noticia y del caso. Es importante contrastar la información y utilizar para ello fuentes expertas y especializadas, sin dar voz a sujetos anónimos que sólo dan su opinión, una opinión ajena a los hechos y sin valor informativo y que resulta inútil para la contextualización del caso.

La APIB vuelve a recordar que la FAPE tiene un decálogo sobre la información relativa a la infancia y adolescencia. En él se pide “otorgar prioridad a la protección y al interés superior del menor en la toma de decisiones informativas”. Además, los periodistas deben “vigilar la exactitud y contextualización de los contenidos de las noticias relacionadas con la infancia” y “comprobar de forma especialmente cuidadosa la fiabilidad de las fuentes”.

El Colegio de Periodistas de Cataluña tiene un manual más detallado en el que recomienda “consultar fuentes especializadas y/o institucionales que aporten elementos para contextualizar los hechos desde la perspectiva de los derechos del niño”. Así como “evitar la espectacularización de determinados casos relativos a víctimas infantiles o adolescentes”. “Conviene no dar protagonismo a testimonios cercanos a las personas agresoras o a las víctimas, o intervenciones en plató que puedan contribuir a hacer juicios paralelos”.

La Comisión de Arbitraje publica recomendaciones éticas para el tratamiento periodístico de los menores: http://fape.es/la-comisin-de-arbitraje-publica-recomendaciones-ticas-para-el-tratamiento-periodstico-de-los-menores/

Com informar dels maltractaments infantils. Manual d’estil per als mitjans de comunicació: http://www.periodistes.org/docroot/periodistes/includes/files/cpcnews/911/attachments/pdfs-1/manual-maltractament-final.pdf

Palma, 23 de enero de 2016

APIB, integrada en la Federación de Asociaciones de la Prensa de España (FAPE)

Comunicado sobre el tratamiento periodístico de la agresión en el CEIP Anselm Turmeda

Después de las últimas críticas al trabajo de los periodistas en el caso de la niña agredida en el colegio público Anselm Turmeda, la Associació de Periodistes de les Illes Balears (APIB), sin perjuicio de la autocrítica necesaria, quiere hacer una serie de recomendaciones y denunciar las dificultades que encontramos los profesionales a la hora de acceder a la información.

Todos los códigos éticos subrayan la especial protección del menor y cómo los medios deben evitar la espectacularización en estos temas. Lamentablemente, esto no se ha producido. La recomendación es acudir a instituciones y fuentes expertas, lo cual ha sido prácticamente imposible. Creemos que esto se podría haber evitado, en gran medida, si el Govern y la comunidad educativa (sindicatos de profesores, asociaciones de padres, asociaciones de directores) se hubieran volcado en dar la versión oficial de los hechos. No obstante, la ética periodística exige pluralismo y dar voz también a otras fuentes y no beber únicamente de las oficiales.

Es importante recordar que la FAPE tiene un decálogo sobre la información relativa a la infancia y adolescencia. En él se pide “otorgar prioridad a la protección y al interés superior del menor”. Además, los periodistas deben “vigilar la exactitud y contextualización de los contenidos de las noticias relacionadas con la infancia” y “comprobar de forma especialmente cuidadosa la fiabilidad de las fuentes”.

El Col.legi de Periodistes de Catalunya tiene un manual más detallado en el que recomienda “consultar fuentes especializadas y/o institucionales que aporten elementos para contextualizar los hechos desde la perspectiva de los derechos del niño”. Así como “evitar la espectacularización de determinados casos relativos a víctimas infantiles o adolescentes”. Y añade: “Conviene no dar protagonismo a testimonios cercanos a las personas agresoras o a las víctimas, o intervenciones en plató que puedan contribuir a hacer juicios paralelos”.

La APIB ruega a los profesionales de la Información que eviten el sensacionalismo y las insinuaciones peligrosas. El deber es contrastar y utilizar diversas fuentes para conseguir una información lo más veraz posible, siempre en una posición de defensa y protección de los derechos de los menores que protagonizan el suceso.

Establecidos estos límites, la APIB también quiere salir en defensa de los medios de comunicación y los compañeros de profesión, que, en un caso tan grave como el expuesto, tienen el compromiso y la obligación de informar a la opinión pública de unos hechos que podrían haber sido ocultados interesadamente y haber derivado en consecuencias mayores. Las críticas al trabajo de los periodistas no pueden, en ningún caso, ser utilizadas de forma partidista para desviar la atención y eludir otras responsabilidades. Ante hechos de incuestionable interés público, el “ruido mediático” debe existir. Siempre desde la responsabilidad, pero debe existir.

Recomendaciones éticas de la Comisión de Arbitraje de la FAPE para el tratamiento periodístico de los menores: http://fape.es/la-comisin-de-arbitraje-publica-recomendaciones-ticas-para-el-tratamiento-periodstico-de-los-menores/

Com informar dels maltractaments infantils. Manual d’estil per als mitjans de comunicació: http://www.periodistes.org/docroot/periodistes/includes/files/cpcnews/911/attachments/pdfs-1/manual-maltractament-final.pdf

Palma, 20 de octubre de 2016